Encuentro Arzobispos Chile y Argentina
Descripción Medalla
Anverso: Busto de los prelados con roquete y cruz pectoral, bajo ellos ARZOBISPO/ DE CHILE y ARZOBISPO/ DE BUENOS AIRES. En el contorno ILMO Y RMO DR MARIANO CASANOVA • ILMO Y RMO DR ULADISLAO CASTELLANO.
Reverso: El campo, arriba: PAZ; entre los escudos de la Argentina y Chile: EL ILMO Y RMO/ SEÑOR ARZOBISPO DE CHILE/ DR MARIANO CASANOVA/ IMPUSO EL SAGRADO PALIO/ AL ILMO Y RMO SEÑOR ARZOBISPO/ DR ULADISLAO CASTELLANO/ EN LA IGLESIA METROPOLITANA/ DE BUENOS AIRES/ EL 24 DE NOVIEMBRE/ DE 1895.
Grabador: ORZALI B.Y C.
Metal: Bronce - Ф 57 mm
La mediación eclesiástica de 1895
El encuentro de 1895 entre los arzobispos Uladislao Castellano y Mariano Casanova y Casanova no fue un simple saludo protocolar. Fue una iniciativa eclesiástica crucial para intentar rebajar la tensión y promover la paz entre Chile y Argentina.
Como Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Castellano jugó un papel activo en la búsqueda de la reconciliación. Fue el anfitrión de esta importante reunión con El Arzobispo de Santiago, Monseñor Casanova, viajó a Argentina en un gesto de buena voluntad y hermandad, lo que fue recibido con gran expectativa. Su presencia fue vista como un paso fundamental para la distensión.
El contexto de la reunión
A mediados de la década de 1890, la disputa por los límites territoriales había escalado a un punto peligroso. Ambos países estaban invirtiendo en armamento y la posibilidad de una guerra era real. En este escenario, la Iglesia Católica, con su influencia en ambos lados de la cordillera, decidió intervenir.
La reunión de los arzobispos fue un intento de utilizar la fraternidad eclesial y la fe compartida como un puente para la diplomacia y la pacificación. La idea era demostrar que, más allá de las diferencias políticas, existía una unión espiritual que podía prevalecer y evitar el derramamiento de sangre.
Aunque las tensiones limítrofes persistieron por algunos años más y finalmente requirieron de un arbitraje internacional (el Laudo Arbitral de 1902 de la Corona Británica), el encuentro de 1895 fue un hito importante en la búsqueda de la paz. Demostró la capacidad de la Iglesia para actuar como mediadora y la voluntad de sus líderes de contribuir a la estabilidad regional.
Este evento es un ejemplo notable de cómo las relaciones eclesiásticas podían influir en la política internacional en aquella época, buscando soluciones pacíficas a conflictos que de otra manera podrían haber desembocado en la guerra, un anticipo a la crisis del Beagle en 1978.
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