Medallaschile

Medallaschile
Se permite la reproducción del contenido de este blog indicando su origen. Creado por Guillermo Gutiérrez S.

viernes, 15 de octubre de 2010

O’Higgins en la Batalla de El Roble

Batalla el Roble, Santiago Urzúa
Los patriotas después del infructuoso sitio de Chillán esperaron hasta la primavera para retomar las acciones sobre esta ciudad. Después de algunos enfrentamientos con las fuerzas realistas en Quilacoya, Quirihue y Cauquenes, las tropas patriotas se reagruparon el 16 de Octubre de 1813 en las orillas del río Itata, aguas abajo de la confluencia de los ríos Ñuble e Itata, en el vado de El Roble, mas específicamente en la ribera sur.

Aquí montaron su campamento descuidando la guardia, al subestimar las tropas realistas, las cuales habían dejado un pequeño destacamento como señuelo, cruzando el grueso de sus fuerzas al norte de este punto, con la finalidad de atacar por las espaldas, con la consiguiente sorpresa a las fuerzas nacionales.

Respecto a a este enfrentamiento se pueden buscar mas antecedentes en la descripción que hace Barros Arana de los acontecimiento de aquel día, en el cual remarca la confusión y desorden inicial de la sorpresa y la falta de un superior que organizase la defensa, lo que hacia preveer una estrepitosa derrota para las armas de la patria.

Lado norte de monumento a O’Higgins en la Plaza de Armas de Chillán, obra del escultor Roberto Negri, la cual simboliza la batalla de El Roble











Sin embargo, allí estaba el O’Higgins que a partir de los primeros enfrentamientos da ordenes, recorre el campo y ordena una defensa que terminaría en ofensiva derrotando a las fuerzas realistas.

Plaza de Tribunales Concepción
Destacan en relato de Barros Arana episodios claves que remarcar la convicción y carácter del chillanejo “El coronel O’Higgins estaba de pié desde los primeros tiros. Con¬servando toda su entereza en medio de la confusión y del peligro, reunió unos doscientos hombres, y mandando sostener el fuego por todos lados, corrió a proteger la artillería y a organizar la resistencia…"

Duraba ya el fuego más de una hora, dice la relación de un testigo del combate, cuando O'Higgins impacientado, toma el fusil de un soldado que cayó muerto a su lado, grita a los suyos y les dice: "¡O vivir con honor o morir con gloria; el que sea valiente sígame!" La tropa, alentada por el ejemplo de su jefe, y como movida por un resorte eléctrico, se precipita sobre el enemigo al grito de ¡viva la patria! y calando bayoneta lo pone en completa dispersión en pocos momentos. O'Higgins, herido en un muslo por una bala de fusil, se hace vendar la pierna por su ayudante don José María de Cruz, y continúa a pié la persecución del enemigo hasta hacerlo repasar el río Itata en el mayor desorden.”



Medalla Sesquicentenario de la Independencia
Anverso: Busto de Mateo de Toro y Zambrano
  
Reverso: Escena del enfrentamiento militar, centrado principalmnete en la tropas independentistas. En borde derecho VIVIR CON HONOR   O MORIR CON GLORIA.
  
Grabador: Santiago Urzúa
Metal: Cobre - Ф60mm - 131 gr

Comentario:
Respecto al reverso, se destaca la ocupación del campo, que si bien aparece copado de elementos y figuras no disminuye la presencia de O’Higgins, sino más bien parece que esta sobresale, imponiéndose sobre el resto de la tropa. Las fuerzas patriotas ya no se encuentran desorganizadas, como tampoco a la defensiva, avanzan a paso firme y en formación a enfrentar a los realistas dejando a sus espaldas a los caídos y la orilla del río.

O´Higgins con el sable empuñado con fuerza en su mano derecha, se nos muestra con la voluntad y determinación de enfrentar la adversidad, con la convicción de que es preferible morir luchando a sobrevivir con ignominia de la huida. El extracto de su celebre arenga esta en el borde derecho de la medalla como reflejo de la actitud del héroe.

Esto lo resume magníficamente Barros Arana “Aquellos soldados, faltos de instrucción militar, desorganizados además por una sorpresa sigilosamente preparada y ejecutada con toda resolución, habían demostrado lo que podía esperarse de ellos teniendo a su cabeza un jefe que no retrocedía ante ningún peligro, y que en los momentos de mayor confusión conservaba su sangre fría y se mantenía a la altura de ese puesto”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, cualquier comentario es bienvenido